La vida se ríe.

La vida a veces es una cachonda y te juega pasadas, buenas o malas, según como acaben

 ¿Por qué? Porque sí, porque le apetece y porque es quien manda. 

En mi caso, siempre se ha reído de mí, juega con los personajes que aparecen a mi alrededor, los ordena como quiere y se sienta a observar mi reacción. Y siempre lo hace de la misma manera, me pone algo en el camino, consigue llamarme la atención, me lo quita y cuando considera que es el momento me lo vuelve a poner, yo desde luego no estoy de acuerdo con los momentos que decide. Pero la vida es eso, que nunca te esperes lo que va a pasar, que siempre creas que no es el momento adecuado y tengas que decidir. 

 A mí la vida me ha puesto pruebas que en su momento considere una desfachatez, me ha alejado de aquello que quería y años después decidía volver a ponérmelo y en ese momento tenía que ser yo quién decidiera cuál sería el siguiente capítulo, atentos que la vida no es tonta, sabe de sobra que se me da mal decidir las cosas importantes y siempre acabo decidiendo la peor opción o lo que más heridas dejan con mi paso. De ahí que crea que la vida se ríe de mi, que lo hace aposta, que me ve y dice "Niña estas muy tranquila, te acuerdas de..." y ahí me veo yo entre decisiones que tomar, una peor que la otra, eligiendo entre mis chocolates favoritos. Pero yo para defender esto tengo varias pruebas, al fin y al cabo siempre hay que demostrar las hipótesis que tenemos con hechos, y en este caso, una de las pruebas más claras ha sido él. Apareció en mi camino, apareció para revolverlo todo mucho mas de lo que ya estaba, para hacer por mí lo que nunca habían hecho y conseguir así que yo me enamorara, y luego la vida consiguió que desapareciera, hicimos que desapareciera, me esforcé en que desapareciera cada mínima parte de él, cada beso, cada risa, cada tontería, cada abrazo e incluso cada lágrima, me esforcé tanto que cuando creí que lo había conseguido, cuando creí que ya no quedaba nada de ti en mí, sólo cicatrices, entonces la vida me puso a prueba "Niña, mira a ver si te has esforzado bien" y ahí lo tenia frente mío e intentando esquivar sus miradas, sus hoyuelos, sus labios... 

Ahí tenía a la vida riéndose de mi, diciéndome a través de él: Si quieres que desaparezca, tu dímelo...

 Joder, camarero, una botella de malas decisiones.